Haití, una isla del Caribe, ha sido bonbardeada por un asto número de desastres y tragedias durante la mayor parte de su complicada historia. Los huracanes, las inundaciones, la pobreza, la violencia política, la contaminación, la superpoblación, la deuda externa, la desnutrición y las enfermedades son solo algunos de los factoes que contribuyen al sufrimiento de los haitianos.
Esta isla, es el país más pobre en el hemisferio occidental, pues el 80% de la población vive en la pobreza absoluta. Aunque se encuentra a tan solo 600 millas de los Estados Unidos, es el tercer país en el mundo que más ambre sufre después de Somalia y Afganistán. Más de la mitad de la población sufre de desnutrición y muchos no tienen acceso a agua limpia.
El alto índice de mortalidad infantíl, 93 muertes por cada mil nacimientos, se debe a la pobreza, la desnutrición y las enfrmedades; aquellos que sobreien enfrentan un futuro incierto. Aproximadamente el 15% de ellos no supera lo cinco años. Son extremadamente ulnerables a la tuberculosis, a la tifoidea, a la difteria y a la deshidratación por diarrea, siendo ésta última la segunda causa de muerte infantil. Cerca de 1 de cada 10 niños haitianos vive lejos de su familia y se encuentra desempeñando labores de servidumbre, sin obtener retribución económia alguna, una forma aceptada de esclavitus infantil. Sólo la mitas de los niños asiste alguna vez a la escuela y de quienes lo hacen, sólo el 4% termina el bachillerato. Rara vez los profesores reciben capacitación y muchos son practicamente analfabetas.
Trágicamente, en la actualidad Haití es considerado uno de los países con la tasa más alta de infectados con VIH en el hemisferio occidental, haciendo del Caribe la segunda región más afectada del mundo, luego de Africa Sub-Sahara. Más del 6% de la poblacion adulta está infectada, y más de 200.000 menores de 15 años han perdido uno o mabos padres como consecuencia del SIDA.
Aparte de algunos programas para el tratamiento del SIDA con drogas innovadoras en algunos institutos internacionales, los servicios básicos de salud son prácticamente inaccesibles y demasiado costosos para la mayoría de los haitianos. La pobreza, la falta de agua limpia, comida, servicios sanitarios y de salud aumentan la crisis del SIDA.
La turbulenta historia de Haiti nos revela muchos de los inicios de la miseria que actualmente sufre. Una revuelta de los esclavos contra los franceses en 1804 creó una república negra idependiente; pero desde entonces una dictadura brutal, violentos golpes de estado militares, derramamientos de sangre y la anarquía han plagado al país. En el 2000, Aristide fue elegido presidente de nuevo, pero las elecciones legislativas fraudolentas de su gobierno ese mismo año, hiciero que los Estados Unidos y otros países suspendieran practicamente toda la ayuda para Haití. Las pruebas de corrupción y mala administración han congelado cientos de miles de dólares en ayuda internacional de varios países y organizaciones que se niegan a darle el dinero directamente al gobierno de Haití. La ayuda humanitaria ha logrado cierto impacto a través de entidades no gubernamentales, organizaciones comunitarias y centros de salud, pero esto no es suficiente para suplir las desesperadas necesidades en Haití. La falta de voluntad de los políticos haitianos para resolver la crisis política ha hundido al país provocando altos índices en la deuda externa, inflación, desempleo y hambre. A finales de febrero de 2004 nuevamente el levantamiento de la población, con la ayuda de militares opuestos al gobierno, hicieron que el ex sacerdote Jean-Bertrand buscara el exilio.
Una mirada más profunda, permite observar que un elemto fundamental del amargo caos de Haití está claramente relacionado con sus raíces espirituales.
En 1791, los esclavos dedicaron la población Haitiana a Satanás, como u acto de rebelión contra sus opresores los franceses cristianos. Aunque el 75% de los haitianos dicen ser católicos romanos, la mayoría practica una mezcla entre catolicismo, vuduismo y espiritismo. Una frase popular dice que los haitianos son 75% católicos, 25% protestante y 100% vuduistas. En abril de 2003 el presidente Aristide ratificó el vuduismo como la religión lgealmente reconocida y la llamó: "una parte esencial de la identidad nacional". Los practicantes del vuduismo creen que el invocar espíritus, dioses, diosas y santos católicos los ayudará a soportar sus dificultades. El fatalismo extremo del vuduismo tambien hace que la mayoría se resigne a su destino y no haga el esfuerzo de cambiar de manera positiva y buscar soluciones. Por tanto , el panorama economico se ve directamente afectado, así como la propagación del SIDA y su tratamiento. Algunos, por la desesperación, buscan cualquier fuente espiritual, venga de la luz o de las tinieblas, que pueda calmar su miseria; sin embargo, muchos haitianos han perdido toda esperanza para el futuro.